Té para ella
Un penetrante silbido me arrancó súbitamente del prolongado letargo. El momento se acercaba y supe que estaba preparado. La ansiedad me devoró hasta el instante mágico en que el agua me envolvió con suavidad para fundirse conmigo en un ardiente abrazo. El placer fue liberando lentamente el aroma que alojaba en mi interior.
Al escuchar una hermosa y sensual voz femenina decir: “El té está listo·, comprendí que jamás podía haber soñado mejor destino que sus labios.
Emma Martínez Aurora (New Braunfels, Texas, 1947- Wheatrigde, Colorado, 2012)
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