Grifaldo Toledo, Jorge

sábado, 7 de noviembre de 2009

DES_LIGUES

De todas las cosas que llevo en el bolso, el pijama no era una de ellas...

Ya lo sé, ya lo sé, fue un error, un error garrafal no preverlo... pero es que yo, en mi inocencia, creí que me invitaba a compartir sus sábanas, no a una fiesta de pijamas.

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Hola, joven. ¿Te apetecería que quedásemos el sábado a tomar algo? - decía el sms.
Estupendo, niña. Estaremos en El Desparrame a partir de las 9. Vente - fue la respuesta

Y es que, acostumbrados a los mensajes subliminales de los anuncios, ya no sabemos descifrar las indirectas directas.

martes, 3 de noviembre de 2009

NOVIEMBRE EN ILIÓN


(invocación)

Mar rabioso de airada espuma. Movimiento perpetuo sin destino. Las naves ensayan equilibrios en tus crestas como danzarines mal acompasados de la muerte. Cárcel con barrotes de aire furioso. Tus gotas de sal lamen las rocas como amantes sin tregua ni descanso. Coleccionista de tesoros muertos. Tus fauces ansían cuerpos rotos como adornos del palacio submarino. Eternas aguas de cambiante aspecto. Mar hendido por mil rayos…
¡Poderoso Poseidón, dios que gobierna los mares!, que tu tridente no deje de remover las aguas del Egeo. Impide que los griegos lleguen a nuestras costas.


Así siento Noviembre, mes de mi nacimiento.



(treno)

¡Oh Apolo, Señor de mis infortunios! ¡Apiádate y deniégame este don! ¡Desdichada de mí!, ¿tan cruel castigo merecí? Ve aquí mis augurios desoídos y mi patria destruida. ¡Ay, bella Helena, protegida de Afrodita, tú trajiste el mal de la guerra a nuestra tierra! ¡Ay, Caballo de Madera, encubridor de lanzas escondidas, en tus entrañas venía la destrucción de Ilión!
¡Oh rojo Escamandro! Querido río de mi niñez… ahora mi pariente. Por tus venas corre la sangre de los míos. A tus orillas llegan los gemidos de mi ciudad. Altas lenguas de fuego alumbran sus murallas derruidas. A sus pies un campo sembrado de armaduras agonizantes.


Así siento Noviembre: cálido y yermo.



(augurio)

En campo de amapolas,
doncella ardiente.

Entre clamores y vítores, azucenas sangrantes. Amado rey y padre cruel. Retorno a la patria y al ansiado hogar. Guerrero admirado y odioso marido. Un carro de tesoros y una doncella muerta. Un baño con pétalos de rosas mordientes. Agasajos sedientos de tibia bebida. En falsa red envuelto, león rugiente. Tres golpes retumban por mano artera. Tálamo funesto de ardor materno.

En campo de ababoles,
león yaciente.


Así siento Noviembre, ¡oh Atrida, asolador de Ilión!; y tu destino.