El león enamorado de la hija del labrador
Esopo (h. 600 a. C.)
Se había enamorado un león de la hija de un labrador y la pidió en matrimonio.
No podía el labrador decidirse a dar su hija a tan feroz animal, ni tampoco negársela a causa del temor que le inspiraba.
Entonces ideó lo siguiente: como el león no dejaba de insistirle, le dijo que sí le parecía digno para ser esposo de su hija, pero que debería cumplir con la siguiente condición: que se arrancara los dientes y se cortara sus uñas, porque eso era lo que atemorizaba a su hija.
El león aceptó los sacrificios porque en verdad la amaba.
Una vez que el león cumplió lo solicitado, cuando volvió a presentarse, ya sin sus poderes, el labrador, lleno de desprecio por él, lo despidió sin piedad y a golpes.
Nunca te despojes de tus defensas, pues serás vencido por los que antes te respetaban
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