Grifaldo Toledo, Jorge

viernes, 24 de mayo de 2013

Poema de Viernes (a través de Mª Pilar Couceiro)

Para este viernes, un par de poemas que nos harán pensar en la grandeza de todas las cosas. Gracias Piluka por descubrírnoslos...




Siempre la acción más pequeña
posible en estos tiempos de acciones
más grandes que la vida,
un gesto hacia el objeto que pasa
casi inadvertido.
Una pequeña brisa
agita una fogata, por ejemplo,
que descubrí el otro día casualmente
sobre la pared de un museo.
Casi nada aparece: unas pinceladas de blanco
arrojadas despreocupadamente
sobre el negro puro del fondo,
nada más un pequeño gesto que intenta ser nada
más que sí mismo.
Y sin embargo uno está aquí
y a mi modo de ver la cuestión nunca será
tratar de simplificar el mundo,
sino una manera de buscar un lugar
para penetrar el mundo,
una manera de estar presente
en medio de las cosas que nos ignoran.
Paul Auster Nueva Jersey (USA), 1947. Premio Príncipe de Asturias 2006





Uno de los más importantes e influyentes poetas modernos a causa
de su preciso estilo lírico, sus simbólicas imágenes y sus reflexiones
espirituales. Las Elegías de Duino y los Sonetos a Orfeo son considerados
como su logro poético más importante, pero el poema de hoy pertenece
a la primera época, bajo el título general de Ofrenda a los Lares.
La obra de Rilke con su hermetismo, soledad y pereza llegó a un
profundo existencialismo e influyó en los escritores de los años
cincuenta, tanto de Europa como de América.  

No podemos saber de su antigua cabeza,
ojos como manzanas maduras, sin embargo,
su torso resplandece igual que un candelabro,
en el que su mirada ahora se sostiene
manteniéndose, y brilla. Es tal vez el equívoco
pecho que nos deslumbra, y la visión serena
de la espalda que fluye, igual que una sonrisa
hasta ese centro oscuro donde el semen se enciende.
Porque si no, esta piedra estaría deforme,
bajo la transparente caída de los hombros,
y no refulgiría como una piel salvaje;
se despedazaría de todas sus aristas
lo mismo que una estrella, porque no hay territorio
que no quiera mirarlo. Debes cambiar tu vida.

 
Rainer Maria Rilke (Praga, 1875 - Val-Mont (Suiza), 1926) El torso de Apolo arcaico




Wir kannten nicht sein unerhörtes Haupt,
darin die Augenäpfel reiften. Aber
sein Torso glüht wie ein Kandelaber,
in dem sein Schauen, nur zurückgeschraubt,
sich hält und glänzt. Sonst könnte nicht der Bug
der Brust dich blenden, und im leisen Drehen
der Lenden könnte nicht ein Lächeln gehen
zu jener Mitte, die die Zeugung trug.
Sonst stünde dieser Stein enstellt und kurz
unter der Schultern durchsichtigem Sturz
und flimmerte nicht wie Raubtierfelle;
und bräche nicht aus allen seinen Rändern
aus wie ein Stern: denn da ist keine Stelle,
die dich nicht sieht. 
Du mußt dein Leben ändern.
Archaïscher Torso Apollos





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