Grifaldo Toledo, Jorge

domingo, 15 de febrero de 2015

Poema de viernes (a través de Mª Pilar Couceiro)

Un poquito tarde, pero aquí os traigo el último poema de viernes enviado por Piluka. En esta ocasión nos deleitamos con un gran poema de Ezra Pound.


Poeta, ensayista, músico y crítico perteneciente a la Lost Generation (Generación perdida),
que reivindicaba la poesía antigua y su plasmación en una  concepción moderna y conceptual.
Acusado de antisemitismo, tras la guerra fue juzgado en EEUU por traición al defender el Eje
desde la radio y la prensa. Gracias a grandes figuras del mundo cultural, lo declararon loco
(así se le salvaba de la pena de muerte). Permaneció recluido doce años. Debido a sus opiniones
políticas, se le relegó en la segunda mitad del siglo XX, pero el papel que desempeñó en la
revolución poética de su tiempo fue primordial.
El Arte siempre estará por encima de la política.  



“Yo soy tu alma, Nikoptis. He velado
Estos cinco milenios y tus ojos muertos
No se movieron ni nunca han respondido a mi deseo,
Y tus miembros ligeros, que atravesé en llamas,
No han ardido conmigo ni con azafranada cosa alguna.
Mira, la hierba leve se levantó para hacer tu almohada
Y te besó con una miríada de lenguas vegetales;
Mas tú no me besaste.
De tanto leerlo gasté el oro de la pared
Y fatigué mi pensamiento en los signos.
Y no hay nada nuevo en este sitio.
He sido amable. Mira, he dejado los cántaros sellados
Por si despertabas y murmurabas por tu vino.
Y he mantenido suaves las túnicas sobre tu cuerpo.
¡Oh despreocupado! ¡Cómo podría olvidar!
—Hasta el río hace tanto tiempo,
¿El río? Eras menos que joven
Y tres almas vinieron sobre Ti.

Y yo vine.
Y volé sobre ti, las hice huir;
He sido íntima contigo, te he conocido.
¿Acaso no he tocado tus palmas y las puntas de tus dedos?
¿Acaso no me he deslizado a través tuyo hasta los talones?
¿Cómo entré? ¿Acaso no soy yo tú y Tú?
Y ningún sol viene a socorrerme en este lugar
Y estoy desgarrada contra la oscuridad tenebrosa;
Y ninguna luz me golpea y no dices
Palabra, día tras día.
¡Oh! podría salir, a pesar de las marcas
Y toda su hábil labor sobre la puerta,
Salir a través de los campos de verde cristal…
Mas hay quietud aquí.
No me voy.”

Ezra Pound (Idaho, EE.UU, 1885-Venecia, Italia, 1972), La tumba de Akr Çaar




“I am thy soul, Nikoptis. I have watched
These five millennia, and thy dead eyes
Moved not, nor ever answer my desire,
And thy light limbs, wherethrough I leapt aflame,
Burn not with me nor any saffron thing.
See, the light grass sprang up to pillow thee,
And kissed thee with a myriad grassy tongues;
But not thou me.
I have read out the gold upon the wall,
And wearied out my thought upon the signs.
And there is no new thing in all this place.
I have been kind. See, I have left the jars sealed,
Lest thou shouldst wake and whimper for thy wine.
And all thy robes I have kept smooth on thee.
O thou unmindful !How should I forget!
—Even the river many days ago,
The river? thou wast over young.
And three souls came upon Thee-
And I came.
And I flowed in upon thee, beat them off;
1 have been intimate with thee, known thy ways.
Have I not touched thy palms and finger-tips,
Flowed in, and through thee and about thy heels?
How ‘came I in’? Was I not thee and Thee?
And no sun comes to rest me in this place,
And I am torn against the jagged dark,
And no light beats upon me, and you say
No word, day after day.
Oh! I could get me out, despite the marks
And all their crafty work upon the door,
Out through the glass-green fields. . . .
Yet it is quiet here:
I do not go.”



Ezra Pound (Idaho, EE.UU, 1885-Venecia, Italia, 1972), The Tomb At Akr Çaar


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