Grifaldo Toledo, Jorge

sábado, 10 de abril de 2010

A la princesa prometida

A la princesa prometida,
y a todas las princesas rebeldes
exiliadas de los cuentos de hadas.

Sigues esperando, amor,
que él venga y te traiga la luna
para mecerte en ella junto a sus brazos
que cumpla sus promesas de amor eterno
y arranque una sonrisa a tus heridas
que sea ese hombre del que te enamoraste:
destello en la noche que iluminó tu cara oculta de mujer tatuada

Sigues esperando, amor,
que tu piel naufrague en sus labios devorando caricias sin freno
que se asome a tus ojos sin nubes y se atreva, esta vez, a volar…

Duele, amor, lo sé,
porque viste arder en su pecho la llama que habita el mañana
y te asomaste a sus ojos sin fondo
y encontraste tu alma dormida
y extendiste la mano
y volaste

Duele, lo sé,
pero no dudes, amor, del amor…
y no te preocupes por la luna: hemos hablado con ella
y esta noche vendrá
a susurrarte al oído
secretos del corazón




Ilustración de Marcos Torres

5 comentarios:

Daniel dijo...

Precioso, además me ha llegado en un momento de esos en los que inevitable sentirse identificado con cada frase

Begoña dijo...

Y que te voy a decir yo.. Ya sabes que me encanta.

Besitos

Becarios dijo...

Un saludo afectusoso desde la Escuela de Escritura de la UAH.
Los becarios.

samsirena dijo...

Nunca había sentido ser musa... muchos con engaños quisieron hacerme creer tan especial en mis sueños aprovechables para ellos pero nunca había sentido ser musa... y ahora tú, mi amiga, me has enorgullecido hasta sonrojarme de haber servido con mi caracter cristalino para besar de ese modo las palabras... gracias, por hacerme musa.....un beso y todas mis lágrimas de cariño y emoción

Carmen Herrero dijo...

Gracias a ti, Clara, por ser la princesa prometida, por no quedarte con el príncipe insulso y correr tras el pirata que hace latir tu corazón desbocadamente.

Con cariño siempre, ya sabes,
Carmen