- Me
van a traer un hermanito de la protectora… Me van a traer un
hermanito de la protectora… -repetía impaciente Bandy moviendo el
rabito sin parar mientras caminaba arriba y abajo por el pasillo.
Estaba
muy muy contento porque al fin podría jugar a perseguirse, a pasar
la pelota, a esconder huesos, a ver quién ladra más fuerte y quién
nada más rápido… y a otro montón de juegos que se inventaría
con su hermanito.
No
paraba de imaginarse cómo sería su hermanito...
Cuando
por fin la puerta de la calle se abrió, Bandy corrió a saludar a su
nuevo hermanito, pero sus papihumanos sólo traían un montón de
bolsas y un transportín como el que usaba él cuando iba de viaje.
-¡¡Qué
raro!! –se dijo Bandy- ¿Irá ahí mi hermanito? ¿Por qué no
habrá venido andando?
Bandy
se acercó a saludarlos mirando con curiosidad las bolsas… Había
una cuna, un saco que olía a pienso, otro que olía a ¿arena?, una
bandeja y otras cosas más que no sabía qué eran…
-¡¡Qué
raro!! –volvió a pensar Bandy- Muy, muy raro…
Los
papihumanos empezaron a sacar las cosas de las bolsas y colocaron
junto a la ventana un palo enorme con una cueva encima y una pelota
que colgaba de una cuerda…
-¿Para
qué será? –se preguntó Bandy- parece un juguete…
-¿Y
esta arena?... se parece un poco a la del parque… -pensó Bandy-
¿pero por qué la suben a casa?...
Y,
por último, sacaron una cuna y dos cuencos que llenaron con agua y
pienso…
-¡Eso
sí que es para mi hermanito! –pensó entusiasmado.
Por
último, los papihumanos dejaron el transportín junto a la mesa y
abriendo la puerta le dijeron:
-Pero,
pero, pero… ¡¡¿QUÉ ES ESTO?!! – dijo Bandy dando un salto-
¡¡SI NO SE PARECE A MÍ!!
-¿CÓMO
VAMOS A JUGAR JUNTOS?- se preguntó preocupado- No tiene casi nariz,
ni orejas largas… su rabito no se mueve como el mío y sus patitas
delanteras no se parecen a las mías… -se lamentó.
Bandy
no salía de su asombro, cuanto más lo miraba más diferencias veía:
-¡¡Ay
va… y tiene bigotes… y sus ojos se hacen grandes y pequeños...
uyyyyy qué raro esssss!!
Bandy
no sabía cómo comportarse ante este hermanito tan distinto, así
que decidió esperar a ver qué hacía Beni.
Beni
se desperezó, miró con curiosidad el salón de su nueva casa y se
acercó a oler la bandeja con arena…
-¡¡SABE
USAR LA NARIZ, SABE USAR LA NARIZ!! –se entusiasmó Bandy.
Luego
se acercó al palo de la cueva y apoyando las patitas en él se
estiró todo lo largo que era y con las uñas empezó a rascar el
palo con gran ilusión…
Después,
Beni olió su cuna y la de Bandy, que estaban juntas, se restregó en
la pata de la mesa y tumbándose al lado del sofá metió sus
pequeñas patitas delanteras por debajo y estirándose todo lo que
pudo sacó una pelota enganchada en las uñas.
Entonces
se acercó a Bandy y le dijo:
-¡¡Hola!!
Toma, creo que es tuya, porque tiene tu olor...
-¡¡Hala!!
-exclamó Bandy con la boca abierta- ¡¡Gracias!! Jo, llevo dos días
intentando cogerla, pero no he podido...
-Jejeje
-se rió Beni- eso es porque aunque tus patitas son más largas, las
mías son mas delgadas y he podido meterlas muy adentro...
-Beni,
¿qué es ese palo que tiene una cueva arriba? -preguntó Bandy.
-Es
un rascador para poder afilarme las uñas – contestó Beni mientra
estiraba los deditos para enseñar sus magníficas uñas- Con ellas
puedo subirme a los sitios y coger las pelotas y muchas otras
cosas...
-¡Anda!
¿Entonces sabes jugar a la pelota? -preguntó entusiasmado Bandy.
-
Pues claro, ¡¡me encanta!! -dijo Beni levantándose de un salto-
¡¡PÁSAMELA Y VERÁS!! -le pidió a Bandy.
Y
entre carrera y carrera Bandy descubrió que ya no le importaba que
Beni no tuviera orejas largas, ni que su naricilla fuera pequeña, y
que aunque fueran diferentes se lo iban a pasar muy bien... Al final,
agotados, decidieron descansar un ratito y echarse una siesta. Bandy
se tiró en su cama y, entonces, se le ocurrió una genial idea...
-Beni,
¿quieres venir a dormir conmigo? -le preguntó a su nuevo hermanito-
Mi cama es e-nor-me y cabemos los dos...
-¡¡Genial!!
-exclamó muy contento Beni tumbándose a su lado.
Y
así, Bandy y Beni pasaron su primera siesta de hermanos soñando con
todos los juegos que les esperaban cuando despertaran...
En septiembre de 2012 tuve el placer de colaborar con la Asociación Abandonados con este cuento para su taller de pinta-cuentos, en la Feria de Asociaciones de Majadahonda a la que estaban invitados... y, además, tuve el gran placer de que mis personajes se hicieran "carne" a través de la pluma de Marcos Torres... ¿se puede pedir más?... pues sí, la de asistir al evento y que los niños que lo estuvieron leyendo y pintando conmigo me dijeran que les gustaba mucho...
En septiembre de 2012 tuve el placer de colaborar con la Asociación Abandonados con este cuento para su taller de pinta-cuentos, en la Feria de Asociaciones de Majadahonda a la que estaban invitados... y, además, tuve el gran placer de que mis personajes se hicieran "carne" a través de la pluma de Marcos Torres... ¿se puede pedir más?... pues sí, la de asistir al evento y que los niños que lo estuvieron leyendo y pintando conmigo me dijeran que les gustaba mucho...
Por eso he pensado no sólo en compartirlo aquí, sino en dar la posibilidad de que me podáis pedir el cuento para imprimir (es un pdf maquetado para impresión a doble cara)... Así que ya sabéis: si lo queréis mandadme un correo...
4 comentarios:
Amiga Carmen: es estupendo poder disfrutar contigo de este modo tu grandísima sensibilidad, sería maravilloso que mas a menudo, nos deleitaras con otras cositas tuyas, como este gran relato. Gracias x compartirlo y hacernos soñar. Muacks.
Jejejejejej... Ana, menos mal que te conozco y conozco tu entusiasmo exagerado... pero también sé que ese entusiasmo que transmites (exagerado ya digo, muacs) lo sientes de veras...
Un besote y ya iré colgando más cosas mías... es que yo escribo muy muy despacio... veré qué tengo por ahí guardado...
Hola Carmen. Me atrapó! una belleza de lectura, lo disfruté mucho. Encantador relato.
Saludos!
Muchas gracias. Es un placer saber que te gusta...
Un saludo y gracias a ti por tu blog...
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