Para Jesús, mis condolencias,
que me pidió un poema y no sabía dónde se metía...
A la mañana siguiente
me despertó un rumor de caracola y viento,
de ondina atrapada
en el vértice de un verso,
de comedia errante
buscando su risa,
buscando su llanto…
A la mañana siguiente
me despertó un susurro de besos futuros
de carcajadas enredadas
en las puntas de los dedos
de silencio expectante
buscando tus ojos
buscando tus labios
A la mañana siguiente
seguía siendo yo,
pero todo era distinto
1 comentario:
Precioso, guapa, ya lo sabes.
Unn brindis por esas mañanas siguientes. Que cada una traiga una nueva sonrisa, un nuevo sueño, un nuevo beso, una nueva carcajada...y yo que lo vea.
Besitos
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