A la princesa prometida,
y a todas las princesas rebeldes
exiliadas de los cuentos de hadas.
Sigues esperando, amor,
que él venga y te traiga la luna
para mecerte en ella junto a sus brazos
que cumpla sus promesas de amor eterno
y arranque una sonrisa a tus heridas
que sea ese hombre del que te enamoraste:
destello en la noche que iluminó tu cara oculta de mujer tatuada
Sigues esperando, amor,
que tu piel naufrague en sus labios devorando caricias sin freno
que se asome a tus ojos sin nubes y se atreva, esta vez, a volar…
Duele, amor, lo sé,
porque viste arder en su pecho la llama que habita el mañana
y te asomaste a sus ojos sin fondo
y encontraste tu alma dormida
y extendiste la mano
y volaste
Duele, lo sé,
pero no dudes, amor, del amor…
y no te preocupes por la luna: hemos hablado con ella
y esta noche vendrá
a susurrarte al oído
secretos del corazón
que él venga y te traiga la luna
para mecerte en ella junto a sus brazos
que cumpla sus promesas de amor eterno
y arranque una sonrisa a tus heridas
que sea ese hombre del que te enamoraste:
destello en la noche que iluminó tu cara oculta de mujer tatuada
Sigues esperando, amor,
que tu piel naufrague en sus labios devorando caricias sin freno
que se asome a tus ojos sin nubes y se atreva, esta vez, a volar…
Duele, amor, lo sé,
porque viste arder en su pecho la llama que habita el mañana
y te asomaste a sus ojos sin fondo
y encontraste tu alma dormida
y extendiste la mano
y volaste
Duele, lo sé,
pero no dudes, amor, del amor…
y no te preocupes por la luna: hemos hablado con ella
y esta noche vendrá
a susurrarte al oído
secretos del corazón
Ilustración de Marcos Torres