Ya lo sé, ya lo sé, fue un error, un error garrafal no preverlo... pero es que yo, en mi inocencia, creí que me invitaba a compartir sus sábanas, no a una fiesta de pijamas.
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Hola, joven. ¿Te apetecería que quedásemos el sábado a tomar algo? - decía el sms.
Estupendo, niña. Estaremos en El Desparrame a partir de las 9. Vente - fue la respuesta
Y es que, acostumbrados a los mensajes subliminales de los anuncios, ya no sabemos descifrar las indirectas directas.
1 comentario:
Tendrían que inventar un manual para que nos enteraramos de lo que realmente quieren decirnos, y no saltasemos a lo que queremos creer directamente.... pero no sería tan divertido ¿no crees?
Besoides
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